El Rey de Reyes y Señor de Señores en un pesebre

Lucas 2:4-7.

4 Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5 Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba en cinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de dar a luz. 7 Y dio a luz á su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Y amados hermanos: Nos enseña la Biblia que José el prometido de María, vivía en Nazaret en la provincia de Galilea, cuando por orden del emperador romano se ordeno un censo en el que todas las personas debían presentare a su ciudad natal para ser contados; Así que viajo de Nazaret a Judea ciudad del Rey David, que se llama Belén porque era de la familia del Rey David.

Subió con María su prometida para registrarse por orden federal del emperador tiberio Cesar. María ya estaba en el ultimo mes de su embarazo, el viaje de Nazaret iba ser muy dificultoso, pero tenia que hacerlo. Tenían que hacer el viaje lentamente porque María ya no se sentía bien. El único medio de trasporte que tenían era un burro y el camino era largo y desierto, eran tres días de camino muy fatigosos.

Escuche lo que dice el verso 6. Dice así: Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de dar a luz. Ellos llegaron a Belén buscando un hospedaje para posar, pero ya todo estaba lleno, ya no había ni un solo lugar para ellos, en la agonía de dar a luz el único lugar que encontraron fue un establo en un templo abandonado donde guardaban el pasto para el ganado de los peregrinos que pasaban por aquel lugar. Alguien quizás pudiera decir, pero ¿porque Dios no obro un milagro para que su hijo naciera en un lugar digno para un rey?

Escuche hermano, la gente de aquellos tiempos al igual que hoy estaba tan corrompida que el lugar mas digno para el Rey de Reyes y Señor de Señores era ese establo. Si Jesús hubiera nacido en una familia de ricos, quizás esa familia se considerarían los dioses de la tierra. Así que escogió venir a nacer en una familia humilde y de escasos recursos, de donde nadie podía esperar nada. Pero en su nacimiento, el cielo se vistió de gala; los ángeles cantaban, las estrellas iluminaban el universo, cuando Jesús nació, nació la esperanza de salvación para nosotros los pecadores.

Escuche lo que dice el verso 7. Y dio a luz á su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. La población de Belén en ese tiempo era pequeña y no había hospedaje para mucha gente. Muchas personas habían llegado para registrarse y cuando ellos llegaron ya todo estaba lleno.

Jesús pudo haber nacido en una cuna de oro en un palacio de un rey, pero todos estaban corrompidos, el lugar mas puro que había para que naciera El Salvador era ese establo con pasto para ganado. Si Jesús hubiera nacido en una familia prominente, hoy se llamarían la familia de Dios. Mientras que la familia de Dios somos nosotros la Iglesia. Nosotros tenemos su sangre, su Espíritu y sus promesas.

Pero como a María no la querían porque según los fariseos ella no quería decir quién era el papá de Jesús; ellos no aceptaron de que Jesús haya sido engendrado por el Espíritu Santo, para la familia de María ella era la deshonra mas grande, tanto que ni sus hermanos creían en Jesús. Hasta el día de hoy la mayoría de los hebreos no aceptan recibir a Jesús como su salvador.

Nosotros los gentiles tenemos la dicha de haber recibido a Cristo como el salvador de nuestra alma inmortal. Jesús fue bien claro cuándo dijo a la samaritana: La gente no sabe lo que adora, porque la salvación viene de los Judíos. Si fuéramos a entender bien las escrituras, entenderíamos que tenemos un Dios que primeramente se rebelo a los hebreos, tenemos una Biblia con un contenido netamente hebrea y tenemos un salvador netamente hebreo. La salvación viene de los Judíos.

Para usted que todavía no ha recibido a Cristo como su salvador, este es su día, Las señales que estableció Jesús, y las que se encuentran en el libro de Apocalipsis ya se están viendo. Nuestro salvador va a parecer en cualquier momento y a usted lo queremos ver en el cielo. Reciba a Cristo como su salvador repitiendo esta oración:

Señor Jesús; le abro la puerta de mi corazón, entre, le hago el dueño, Señor y salvador de mi alma inmortal, límpieme con la sangre que usted derramo por mí en la cruz del calvario. Escriba mi nombre en el libro de la vida y sélleme con su Espíritu Santo. Gracias por la salvación de mi alma y por el perdón de mis pecados. Amen.